Las aguas empleadas para la producción de agua potable y, principalmente, las de origen superficial suelen contener gran cantidad de sustancias en estado coloidal que proporcionan turbidez al agua. Este parámetro organoléptico está limitado en las aguas de consumo humano en 0,8 UNF a la salida de la potabilizadora y 4 UNT en la red de distribución. Las aguas superficiales suelen presentar este valor de turbidez más elevado y por ello debe de aplicarse un tratamiento que suele acometerse mediante un proceso físico-químico que conjuga la coagulación-floculación con la decantación y la filtración.
Colaboradores: Juan Carlos Leyva Díaz.